La producción agropecuaria actual puede beneficiarse con elementos de otras disciplinas como por ejemplo la ciencia de datos que nos ayuda a analizar nuestro desempeño y ponerle un puntaje. El conocimiento compartido en una plataforma de esta información relevante forma una inteligencia colectiva de cómo se hace una tarea de forma eficiente y la estandarización del proceso permite la mejora continua.
Mediante la aplicación de estas innovaciones en el ámbito agro-cultural, se podrían optimizar los procedimientos de trabajo, mejorar el manejo desde una perspectiva de bienestar animal, y detectar las posibilidades de mejora en áreas como la trazabilidad, reducción del impacto ambiental, medición de huella de carbono, etc.
La innovación resulta una ventaja fundamental a implementar por países en vías de desarrollo, donde la falta de recursos y el elevado costo del crédito para infraestructura, limita el potencial de crecimiento de los productores. La integración entre instituciones y empresas con el sector facilitan la adopción de estas nuevas tecnologías disruptivas generando mucho valor y disminuyendo el impacto en el ambiente. En este sentido, el cambio climático constituye una de las principales amenazas para la productividad de los alimentos, y su intensificación dará lugar a nuevos problemas con el paso del tiempo. 

Ante esta inminente situación, la innovación tecnológica resulta vital para disminuir los efectos del cambio climático y estimar la huella de carbono emitida. La optimización de procesos y la gestión eficiente de efluentes para su posterior conversión en fertilizante abre nuevas posibilidades de aporte de nutrientes a los suelos, mejorando la sostenibilidad en el ámbito de la producción de alimentos.

Los productores modernos tienen la responsabilidad de adquirir conocimiento sobre el uso de nuevas tecnologías para optimizar sus empresas si quieren competir globalmente. Anteriormente, los agricultores y los consumidores poseían una cercanía geográfica. Ahora, muchos alimentos pueden ser consumidos a una gran distancia desde donde son producidos, transformando la trazabilidad en una ventaja competitiva a la hora de participar en nuevos mercados.